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Vida de Santa Teresa de Los Andes - mayo 1919 - abril 1920


El 7 de mayo de 1919, Sor Teresa entra en el Carmelo de Los Andes e inicia su postulantado como Carmelita, primera etapa de su vida religiosa. Tiene una alegría muy profunda en su corazón por haberse dado totalmente a Dios y haber renunciado a lo que tenía de más querido (su familia) para seguir a Cristo. Desde el principio, se esfuerza para cumplir la Regla con perfección, fidelidad y mucho amor. Se ofrece para los trabajos más humildes y desagradables. Para ella, la vida de la carmelita consiste en tres cosas: amar, sufrir y rezar por la conversión de los pecadores, la santificación de los sacerdotes y de la Iglesia.

Con el permiso de su priora, que comprende que la postulante es un alma excepcional, Teresa tiene una actividad epistolar intensa. Sus cartas irradian el amor de Cristo y la alegría de pertenecer totalmente a El. Algunas de sus amigas, conmovidas por su testimonio, entrarán en la vida religiosa.

El 8 de septiembre de 1919, Teresa es aceptada a la toma de hábito. Recibe el hábito del Carmelo el 14 de octubre de 1919 en la presencia de su familia y de numerosas amigas venidas de Santiago. Todos perciben su alegría.

Teresa recibe del Señor gracias preciosas de unión, pero no está exenta de pruebas. Sufre tentaciones y sequedades interiores. Tiene una relación privilegiada con su priora, pero la hermana pedagoga, que ayuda a la priora en el noviciado, la hace sufrir mucho por sus constantes correcciones.
    
En los primeros días de marzo de 1920, Teresa declara al confesor de la comunidad que sólo le queda un mes de vida. Le pide permiso para hacer penitencias extraordinarias. El confesor no cree sus palabras y le dice que solo se contente con observar fielmente la Regla del Carmelo.

A pesar de la enfermedad que va a conducirla a la muerte, Teresa participa en todos los ejercicios de la Cuaresma, incluso los ayunos rigorosos.

El 2 de abril de 1920, Viernes Santo, Teresa empieza su Via Crucis siguiendo a Cristo. Pasa largas horas en oración este día. Las hermanas se dan cuenta que tiene mucha fiebre y la obligan a descansar.

Varios médicos la examinan, pero sin conseguir que la fiebre disminuya. Diagnostican un tifus avanzado.

El 7 de abril, Teresa hace su profesión religiosa in articulo mortis. Según la costumbre, una novicia en peligro de muerte puede pronunciar sus votos (sin embargo, si no muere, tiene que volver al noviciado).

Después de mucho sufrimiento físico y espiritual, Teresa entrega su alma a Dios el 12 de abril de 1920 a las 7 de la tarde. “Para una carmelita la muerte no tiene nada de espantable. Va a vivir la vida verdadera. Va a caer en brazos del que amó aquí en la tierra sobre todas las cosas. Se va a sumergir eternamente en el amor.”

Las exequias son celebradas el 14 de abril. La capilla del convento es invadida por muchas personas que, a pesar de no haber conocido a Teresa, vienen, dicen ellas, para venerar a la santita que murió. La fama de santidad de Teresa, entonces, es inmediata y crecerá los años siguientes. Muy pronto vienen al convento de Los Andes personas que dicen haber recibido gracias de Dios por la intercesión de Teresa.
    
El 23 de noviembre de 1920, Rebeca, hermana menor de Teresa, entró en el Carmelo de Los Andes, convencida de que Dios la llama a tomar el lugar dejado por su hermana. Siguió con valor los pasos de Teresa y murió santamente en 1942.

 

 

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