BIOGRAFIA - LOS ESCRITOS

• LA CORRESPONDANCIA

ANÁLIS GRAFOLÓGICA DE LA ESCRITURA DE SANTA TERESA

En la ocasión de la publicación en los Estados Unidos de las Cartas de Santa Teresa de Los Andes en traducción inglesa, su escritura ha sido examinada por una grafóloga, Sor Kay Elmer. Damos a seguir la conclusión de este estudio.

Antes de examinar las cartas que Teresa ha escrito en la clausura del Carmelo poco tiempo antes de su muerte, "no tenía ni idea que yo pisaría una tierra así bendita". Me apoyo en las mismas palabras de Luis, hermano de Teresa, a quien le agradaba mencionar después de la defunción de su hermana. Ha sido un extraordinario honor y una experiencia de humildad el examinar los manuscritos de alguien que ha alcanzado tan elevado grado de santidad, alguien cuyos escritos revelan verdades místicas reminiscentes de Santa Teresa de Avila, como observa un teólogo.

Una de las primeras cosas que pude advertir en los escritos de Teresa fue su inteligencia profundamente analítica. Teresa tuvo un gran deseo de aprender e indagar minuciosamente en todo aquello que ella había aprendido. Ella se sirvió maravillosamente de su modo de pensar: acumulando indicios, luego otorgando un exhaustivo análisis crítico del tema y, finalmente, penetrando al meollo del asunto. Nos relata su hermano Luis: "Ella tenía una profunda solidez mental y una constante sed de investigar y de conocer. Quizas esto le ayudó en su audaciosa y profunda visión mística."

En sus manuscritos impresiona también la naturaleza profundamente emotiva de Teresa. Sus emociones parecen haber sido permanentes, inscritas en su propio ser, dándole una profunda capacidad de alegría y de sufrimiento.

Con la intensidad de sentimientos, los escritos de Teresa presentan una receptividad de emociones como el amor, la alegría, el sufrimiento, etc., lo cual es indicativo de un corazón cálido, de una persona sensible, siempre dispuesta a darse a los demás brindando comprensión y apoyo. En el homenaje de Silvana Egidi en la ocasión de la canonización de la santa, leemos que "ella distribuyó todos sus ahorros, se dio en servicio de costurera por los necesitados, visitó familias, escuchó sus confidencias, se ocupó de brindarles asistencia material y espiritual, fue una catequista excelente y una colaboradora entusiasta de los sacerdotes misioneros en su labor evangelizadora. Estuvo abierta a los demás, a la amistad, a la alegría, a las bromas inocentes y a las observaciones llenas de vida espiritual." El papa Juan Pablo II en la homilía de canonización de Teresa dijo: "sintiendo que ella pertenecía totalmente a su creador, su amor por el prójimo se hizo más intenso y definitivo."

Mientras respondía a los demás sin ninguna timidez, podemos observar en sus escritos indicios de una consciente reserva. Ella puso freno a su impulsividad natural. Ella era prudente y sabía medirse. Esto es confirmado por Luis quien indicó que ella era muy discreta. A pesar de su alegría natural, ella era precavida, muy serena y disciplinada. Era modesta sin ostentación. En las fiestas, a pesar de saber bailar, mantenía la distancia, disfrutando mejor de tocar el piano, o a veces la guitarra o simplemente cantando.

Los manuscritos de Teresa muestran que ella tenía su propio criterio: hay allí indicios de su fuerte fuerza de voluntad y de su tenacidad en alcanzar sus metas. En los comentarios que nos hablan de la niñez de Teresa, revelan que abría combate incesantemente contra todo defecto que pudiera aparecer, como lo fue su tendencia a enojarse y su testarudez. Tuvo que autodominarse para adquirir las virtudes o disposiciones habituales de espíritu y corazón que podían corresponder para llevar una vida de unión con Dios.

Luis apunta la enérgica e indoblegable voluntad de Teresa aún cuando esta no era evidente. Él además relató que su padre dio con gran dificultad su consentimiento para que Juanita entrara al Carmelo y observó que: "Oponerse a la vocación de Juanita fue como tratar de detener una avalancha de nieve poniéndose en pie en frente de su curso."

La impresionante manera de pensar de Teresa, la profundidad y la permanencia de sus emociones íntimas y su receptividad frente a las emociones, con su prudente reserva son las características más evidentes de sus manuscritos. Estas cualidades confirman lo que Luis quería resaltar de su hermana: "su equilíbrio psicológico, la moderación de sus actos, el hecho que no monstraba emociones extremas. Ella fue la serenidad en persona a causa de su paz interior."

Podríamos quizas esperar encontrar a alguien inusual, única, o de personalidad brillante. Todo lo contrario, hallamos a una hermosa y equilibrada modesta persona humana quien, previsora y intensamente ejercitada en sus espléndidas cualidades de la inteligencia, busca la verdad de aquella única cosa que importa en la vida. Y esto le lleva aún más lejos a dar una respuesta emotivamente profunda. En la lectura de éstas páginas hemos descubierto que lo más importante para ella fue el conocimiento y la conciencia del incomprensible amor de Dios, y todo lo que ello incluye. Vemos que su respuesta a tal amor fue conducida através de acciones decisivas, las cuales abarcan la totalidad del espectro, desde darse en apoyo a los demás física, emocional y espiritualmente hasta entregarse a si misma en martirio.

¡Qué experiencia más humillante! Dada nuestra propia ceguera, apatía y autocompasión, medir nuestro amor por Dios en comparación con el suyo - y ver como ella podía entender a tan elevado grado el tremendo amor de Dios por cada alma, y responder con la totalidad de su propio ser. "Ella buscó la verdad y una vez contemplándola, la abrazó y la vivió lo más perfectamente posible según sus capacidades."

Esto podría ser posible para cada uno de nosotros si pudiéramos, con nuestra propia combinación de talentos y fragilidades, aplicar nuestros esfuerzos en semejante intensidad, si nosotros pudiéramos enrolar nuestro propio modo de conocer las cosas y responder con un profundo sentimiento por los demás, si pudiéramos custodiar todas nuestras potencias para realizar la voluntad de Dios tal como Él lo desea y nos invita a cada uno de nosotros personalmente; entonces, nosotros también, con Teresa, seríamos capaces de vivir de igual modo tales experiencia de gozo inmensurable en el Señor. Teresa fue tan tenaz hasta descubrir la más maravillosa verdad de nuestra vida: ¡Dios nos ama y Él es la alegría indescriptible!

Sor Kay Elmer
Hermanas Franciscanas de la Caridad Cristiana
Manitowoc, Wisconsin (USA)

 

 

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